La mitad de la población europea pagaría más por su compra diaria si con ello beneficia el desarrollo de los países del sur, constata el Eurobarómetro. Mientras, a escala global crecen las iniciativas colectivas que ponen de manifiesto las consecuencias negativas del actual modelo de consumo, para reivindicar uno alternativo que priorice al pequeño comercio frente a las grandes superficies, la agricultura ecológica frente a la industria de la alimentación intensiva o la cultura de la reutilización frente a la cultura del "usar y tirar".
Plataformas como Consume hasta morir, mediante el mismo lenguaje publicitario habitual, invitan a reflexionar sobre las consecuencias que tiene nuestra manera de consumir, a la vez que tratan de denunciar los problemas que éste genera.
Al tiempo, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo recuerda que este sistema comercial alternativo garantiza los derechos de los consumidores, ya que se trata de productos de alta calidad y elaborados con materias primas naturales a través de procesos ecológicos. Además, que en el Comercio Justo se respetan los derechos de las personas que los elaboran, lo que favorece el desarrollo de comunidades de América Latina, África y Asia.
El Eurobarómetro muestra que cada vez hay más personas que tienen en cuenta criterios sociales, éticos y medioambientales en sus compras. En España existen 130 tiendas y puntos de venta de Comercio Justo y 11 tiendas on-line gestionados por las organizaciones de la Coordinadora Estatal. En la última década han triplicado el volumen de ventas. En 2010, el sector facturó 22’5 millones de euros, lo que supone un incremento del 24% respecto al año anterior.
Sin embargo, la crisis ha afectado a las ventas en tiendas especializadas y pequeños comercios, así como a los artículos de artesanía. Por el contrario, han aumentado las compras de productos de alimentación y las realizadas en grandes superficies.
Algunas cifras de la Agencia Europea del Medio Ambiente:
- Cada ciudadano europeo consume de media cuatro veces más recursos que los de África, tres veces más que los de Asia y la mitad que los estadounidenses, canadienses o australianos.
- Aumenta el consumo de recursos por persona en Europa hasta alcanzar 17 toneladas anuales en 2007. Más de la mitad fueron minerales y metales, mientras que los combustibles fósiles y la biomasa acapararon respectivamente una cuarta parte del total.
- El consumo de agua y energía es insostenible. Buena parte de esos recursos se dedican a la producción que también genera emisiones. Cada europeo crea al año 444 kilos de desechos domésticos.
- La superficie media de las viviendas desde 1990 aumentó de 81 a 87 m2 mientras que el número de ocupantes bajó de 2,8 a 2,4.
- Los europeos viajan más en coche y, aunque mejora la eficiencia de los vehículos, no disminuye el consumo de combustible.
- Unos 89 millones de toneladas de comida se tiran anualmente a la basura en Europa, lo que equivale a unos 180 kilos por ciudadano.
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