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Desarrollo sostenible a través del desarrollo personal

En la actualidad, la mayoría de los programas y de las políticas públicas tienden a centrarse solo en los factores contextuales que acompañan al individuo, logrando en su mayoría resultados inmediatos pero a corto plazo.  Sin embargo, ¿son estos esfuerzos los que podrán lograr un cambio real?

Tras 27 años de investigación, la ONG mexicana Yo quiero Yo puedo (IMIFAP) basada en el enfoque de Amartya Sen (Premio Nobel de Economía 1998) sobre desarrollo sostenible y libertades humanas, sostiene que un desarrollo duradero no viene de los factores contextuales, sino es gracias a la capacidad de las personas  de superar sus barreras psicológicas, sociales y contextuales, en el que el individuo actúa como agente de cambio en lugar de como receptor pasivo.

“La habilidad que tiene cada persona para crear cambios ya sea a nivel individual o comunitario - explica Susan Pick presidenta de Yo quiero Yo puedo (IMIFAP) - tiene importantes implicaciones para el diseño de políticas. Al reconocer este potencial, la metodología que utilizamos va mas allá del enfoque tradicional de los programas de asistencia, como políticas gubernamentales paternalistas o la administración de servicios en las que se considera a las personas como agentes pasivos. De manera tradicional, los programas de desarrollo se han dirigido a promover estas fuentes externas de motivación, pero es el empoderamiento que se desarrolla internamente, el que tiene mayor probabilidad de sostenerse a largo plazo”.

Los programas de Yo quiero Yo puedo (IMIFAP), enfocados en el área de educación, salud, ciudadanía y productividad, facilitan un proceso de desarrollo que se logra enseñando habilidades relevantes, incentivando el cambio y abriendo la oportunidad para la práctica de las conductas o habilidades adquiridas en situaciones de creciente complejidad dentro de una estructura  de previsión, prevención y promoción del desarrollo humano.  Este proceso conduce a la adquisición de competencias, que a su vez sirven como factores de protección a diversos problemas y que facilitan el desarrollo  y la utilización del potencial personal.

A través de sus más de 40 programas entre los que se encuentran: Rendimiento escolar, Calidad de los servicios de salud, Cómo empezar mi negocio, Prevención de diferentes tipos de violencia, Prevención de cáncer cervical y de mama, Derechos e inclusión de grupos vulnerables, entre otros, su labor ha beneficiado a más de 19 millones de personas en 15 países. Siendo acreedores recientemente al Premio Mérito al Desarrollo Regional de América Latina y el Caribe Juscelino Kubitschek, por el mejor programa de desarrollo para América Latina y el Caribe en la categoría social, cultural y científica otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Si bien, sabemos que los programas basados en el desarrollo humano pueden movilizar a las personas de manera eficaz, ¿será este enfoque el que pueda realmente contribuir al rompimiento del círculo de la pobreza?

Para conocer más te recomendamos el libro Pobreza: Como romper el ciclo a partir del desarrollo humano por Susan Pick y Jenna Sirkin

Ver vídeo: La vida en tus manos

Más información: IMIFAP

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