Clarks, Adidas, Nike y Timberland, entre otros fabricantes de calzado, han exigido a sus proveedores brasileños de cuero una moratoria inmediata sobre la destrucción de la selva amazónica. La demanda llega tras un estudio de tres años en el que Greenpeace concluye que el cuero y la carne de Brasil que llega al mercado internacional procede de explotaciones que participan en la deforestación ilegal.
Además de la moratoria sobre los artículos de cuero procedentes de las zonas deforestadas, los productores de calzado también han exigido que los proveedores logren en un año un estricto sistema de trazabilidad que garantice la fuente del cuero.
"La decisión es una buena noticia", dijo Carlos Minc, ministro de Medio Ambiente de Brasil. "Con la presión del gobierno por un lado, y con la presión de los consumidores por el otro, hemos comenzado a cercar a los criminales medioambientales."
“Las empresas de calzado se han dado cuenta de que hay un problema y han adoptado medidas. Ahora les toca a los vendedores a seguir en esta línea", apuntó James Turner, de Greenpeace.
Bertin, un gran suministrador brasileño de carne y cuero en el ámbito internacional, ha acordado asegurar que las granjas de ganado de las que se sirve no son responsables de la deforestación. También ha aceptado reunirse con Greenpeace para evitar el problema.
Se estima que la limpieza de los bosques tropicales para la agricultura produce un 17% de las emisiones de carbono del mundo - más que el sistema de transporte global. La cría de ganado es ahora la mayor amenaza para el resto de selva amazónica, un quinta parte de la cual se ha perdido desde 1970. "Yo diría que 65-75% de la deforestación está relacionada con el crecimiento de la ganadería", dijo Minc. "Lo estamos cercando, pero sigue siendo el sector que más se oponen al cambio y es responsable de la mayoría de la deforestación en el Amazonas".
La investigación de Greenpeace recopila trabajo de campo, registros gubernamentales, documentos empresariales y datos comerciales de Brasil, China, Europa, Vietnam y los EE.UU. para encajar el rompecabezas mundial del movimiento del ganado bovino y el cuero brasileños a través del mercado global.
La organización dijo que cientos de granjas legales e ilegales de la Amazonia se mezclaron y procesaron en su camino hacia los puntos de exportación con lo que resulta imposible trazar el origen del producto. “De hecho, los surtidos sucios o criminales de ganado se blanquean a través de la cadena de suministro”, asegura el informe. Greenpeace ha pedido a las compañías que no compren a esos suministradores, y a los consumidores que presionen a las marcas y a los vendedores para que limpien sus cadenas de abastecimiento.
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Imagen: Greenpeace / Ecogaia Creative