Cuando a comienzos del siglo XX algunos agricultores percibieron la degeneración en la fertilidad de la tierra y en la calidad nutritiva de los alimentos, recurrieron a Rudolf Steiner (1861-1925) para buscar soluciones.
Éste, que ya había establecido las bases científico-espirituales (Antroposofía) para la comprensión del mundo y del ser humano, organizó unas conferencias de trabajo que abrían el camino para un conocimiento de lo viviente, de lo anímico y de lo espiritual en la naturaleza.Ese trabajo de 1924 quedó recogido en el libro "Curso sobre Agricultura Biológico-Dinámica" (Editorial Rudolf Steiner) ", donde se analizan las condiciones para que prosperen los distintos aspectos de la agricultura, cómo propiciar una reforma de la fertilización y de la lucha contra las malas hierbas y las plagas, etc.
Un tratado que establecía como telón de fondo de la agricultura biodinámica el principio de que la tierra, las plantas, los anim ales y el hombre trabajan conjuntamente en un organismo agrícola. En términos prácticos esto significa que todas las partes de la finca agrícola y las actividades que en ella se dan, tales como la producción de plantas y la cría de animales están interconectadas.
En cada situación particular se crea un agro-ecosistema único que va tomando la fuerza y la salud propias a medida que se va convirtiendo en una individualidad agrícola completa. “Se trata de una cuestión eminentemente cósmico-terrestre", según aseguró el propio Steiner.
Con todo, la biodinámica va más allá de la agricultura ecológica. Además de utilizar métodos orgánicos y de hacer rotaciones de cultivos, incluye el uso de preparados que vivifican el suelo y que tienen en cuenta las influencias cósmicas. Esto es, la utilización de preparados homeopáticos que mejoran la fertilidad porque logran aumentar la actividad biológica del suelo y por tanto acrecentar la calidad nutritiva de los alimentos producidos, reforzar la resistencia de las plantas y animales a las plagas y enfermedades, intensificar la captación de influencias cósmicas por parte de las plantas e intensificar la formación de humus en el suelo.
La agricultura biológico-dinámica trabaja con las fuerzas de la tierra y también t iene en cuenta las fuerzas provenientes del cosmos, como las influencias de los ritmos solares, lunares, de las constelaciones del zodíaco y de los planetas del sistema solar.
Al final, la utilización de todos los medios naturales disponibles busca mantener la tierra, ese órgano del cuerpo agrícola como aseveró Steiner, en un estado vital y fértil.
El certificado de agricultura biodinámica lo otorga Demeter, la única asociación ecológica que ha constituido una red Internacional de Organismos Independientes de Certificación. Se creó en 1997, no tiene ánimo de lucro y en la actualidad representa a 3.000 productores de 35 países. Las exigentes normas de producción a que obliga su sello garantizan alimentos de excelente calidad para la salud. Nada nuevo, pero que necesita ser recordado e impulsado en estos tiempos en que la oferta alimentaria la dominan los productos artificiales, llenos de aditivos y modificados genéticamente como si fueran lo mejor.
Fuente: Ecogaia
Más información: Asociación de Agricultura Biodinámica de España