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Mil millones de personas pasan hambre en el mundo

“Mil millones de hambrientos” es el título del informe en el que Intermón Oxfam ha detallado las amenazas de la seguridad alimentaria mundial y la ausencia de acciones coordinadas en la lucha contra el hambre por parte de los países desarrollados.

Casi mil millones de personas sufren de hambre como resultado de la volatilidad de los precios alimentarios y la creciente escasez de energía y agua. La ausencia de inversiones en el sector agrícola durante décadas y la amenaza del cambio climático significan que, a pesar de la reciente caída de precios, la seguridad alimentaria no está garantizada y, de hecho, la situación podría empeorar. Además, la ayuda global a la agricultura ha descendido drásticamente, pasando del 17% en 1980 al 3% en el año 2006.

Aunque los precios de los alimentos han bajado en los últimos meses, no han retomado los niveles iniciales y probablemente van a aumentar de nuevo en el futuro.

Una de cada seis personas en el mundo sufre desnutrición y las regiones más afectadas son las del Asia-Pacífico y el Africa subsahariana.

Intermón Oxfam señala que la grave escasez de alimentos en Afganistán, Kenia, Mozambique y Zimbawe son un ejemplo de que la crisis alimentaria mundial está lejos de acabar. Incluso antes del alza de los precios, ya había 850 millones de personas malnutridas. “La reciente decisión de la Unión Europea de restablecer los subsidios a la exportación en el sector lácteo es justamente lo contrario a lo que se necesita. Esta medida constituye un paso atrás que pone en cuestión su compromiso para adoptar reformas a largo plazo”, afirma Hernández de Toro.

El hambre en cifras

  • Uno de cada seis habitantes del mundo padece hambre, casi 1.000 millones de personas.
  • 13 millones de niños nacen cada año sin completar su desarrollo debido al hambre que padece la madre durante el embarazo.
  • Entre el 50 y el 60% de la mortalidad infantil en los países en vías de desarrollo se debe al hambre.
  • El riesgo de muerte es 2,5 veces mayor para los menores que padecen malnutrición leve frente a los que reciben una dieta adecuada.
  • La proporción de las ayudas exteriores para el desarrollo de la agricultura ha caído desde casi el 5% en 1980 al 3% actual.
  • Las personas situadas bajo el umbral de la pobreza son muy vulnerables a los cambios del precio de los alimentos dado que gastan el 80% de sus ingresos en comida.
  • Antes de esta crisis:
  • Más de 24.000 personas morían cada día por causas relacionadas con el hambre
  • Cinco millones de niños menores de cinco años mueren cada día por causas relacionadas con el hambre.
  • 16.000 niños mueren cada día, uno cada cinco segundos, por causas relacionadas con el hambre.
  • Regiones más castigadas
  • En Afganistán la crisis alimentaria afecta a cinco millones de personas y más de 8,5 millones no tienen garantizada una alimentación básica. El país es especialmente vulnerable a las fluctuaciones de los precios de los alimentos ya que la producción agrícola nacional ha descendido casi la mitad debido a la guerra, el desplazamiento de la población y las persistentes sequías e inundaciones.

    En Etiopía, el coste del cereal sigue manteniéndose entre un 54% y un 338% más alto que en el mismo periodo del año anterior. El reciente incremento de los precios después del periodo de cosecha es un motivo de especial preocupación.
    El personal de diversas ONG confirma los elevados y crecientes niveles de desnutrición y pobreza en Etiopía.

    Kenia tiene diez millones de personas al borde de la escasez alimentaria, debido a la sequía, los elevados precios de los alimentos y los efectos anteriores y posteriores de la violencia surgida a principios de 2008 en el valle del Rift, la principal región en la que se concentran las cosechas de cereales del país.

    En Zimbabue viven cinco millones de personas, casi la mitad de la población del país, que dependen de la ayuda alimentaria.  Otro millón de personas que necesitan ayuda, no la están recibiendo porque los donantes no han proporcionado el dinero suficiente.  Las raciones de ayuda alimentaria a las familias se han recortado y podrían reducirse de nuevo el próximo mes debido a la insuficiencia de alimentos.
    Una reciente encuesta realizada por el Programa Mundial de Alimentos determinó que una de cada ocho hogares no había comido nada el día anterior.

    La tribu Masai de Tanzania es una clara muestra de que en Africa es muy difícil alimentarse. La lucha para obtener ingresos con las cosechas y la apropiación de terrenos para el turismo están llevando a los miembros de esta etnia a una situación desesperada. En dos zonas donde viven los masai (Ngorongoro y Serengeti), el precio del maíz (alimento básico en esa zona) se ha duplicado desde enero. Bastan 25 kilos de maíz para alimentar a una familia de cinco miembros pero desde hace un mes, el precio cuesta cinco dólares (dos veces más de lo que tenían que pagar).
    Esta cantidad puede parecer pequeña pero no lo es si se carece del dinero necesario para obtener el alimento.
    El problema para los masai es que no tienen otros ingresos que los de la cosechas y éstas no son productivas debido a las dos sequías seguidas que han soportado. A esto se une que el ganado también se está viendo afectado y cada vez les resulta más difícil vender a algún animal en el mercado. La comida que ingieren al día se está reduciendo, lo cual repercute en su salud, especialmente en la de las mujeres y niños. El 75% de las mujeres masai mueren durante la infancia.

    Las propuestas de Intermón Oxfam

    Con motivo de la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria (RANSA) de la ONU los días 26 y 27 de enero en Madrid, la organización ha expresado que para solucionar la crisis alimentaria son necesarias una mayor voluntad política y la participación de los países empobrecidos así como de la sociedad civil.

    También asegura que la burocracia debe quedar relegada a un segundo plano a la hora de poner soluciones eficaces que acaben de una vez por todas con el hambre en el mundo.

    Intermón Oxfam incide en la necesidad de recordar al mundo que en el contexto de la crisis financiera es más necesario que nunca mantener la atención política sobre el hambre, que sufre una de cada seis personas en el mundo, y sobre la manera de ayudarles para que puedan producir los alimentos que necesitan.

    Los países ricos deben cumplir sus compromisos con la ayuda para el desarrollo de la agricultura: hasta la fecha se ha desembolsado menos del 20% de los fondos prometidos el pasado mes de junio en la Cumbre sobre Alimentación celebrada en Roma.

    “La prioridad son desembolsos reales de fondos adicionales, no el establecimiento de nuevas burocracias o instituciones” señala el portavoz de Intermón Oxfam.

    Fuente: Intermón Oxfam / Ecogaia

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