La Unión Europea creó, en el año 1992, el sistema voluntario de la etiqueta ecológica. La Etiqueta Europea (European Ecolabel) evalúa los efectos medioambientales de un producto a lo largo de su ciclo de vida: consumo de materias primas, producción, distribución, utilización y desecho.
Existen 23 categorías de productos y se otorga a aquellos que garantizan un alto nivel de protección ambiental. Los criterios son unificados y válidos para todos los Estados miembros de la Comunidad Europea. La gestión corre a cargo del Comité de etiqueta ecológica de la Unión Europea (CCEUE).