
En la carrera contra el cambio climático, China ha desarrollado un sistema para capturar mediante energía solar el CO2 procedente de sus plantas de carbón, suministradoras del 70% de la electricidad nacional. Mediante un biorreactor se alimenta con el dióxido de carbono capturado a las microalgas, el organismo de mayor crecimiento en el planeta, y luego se recolectan para producir biocombustible y fertilizantes.
China es el mayor generador del mundo de gases de efecto invernadero y las algas pueden ser una respuesta al problema, ya que absorben el CO2 mucho más rápidamente que los árboles y su uso de la luz es muy eficiente. A la vez, las plantas de carbón podrían dejar de contaminar tanto.
De momento, sólo es un ensayo, pero tiene muy buenas perspectivas y ya se habla de reproducir el sistema en todas las plantas de carbón del mundo y luchar así contra el calentamiento global. Sin embargo, antes habrá que mejorar la producción de las algas y reducir los costes, ya que la recolección es diaria y la separación del agua de su componente oleoso requiere mucha energía y es caro.
El proyecto llega de la mano de la empresa privada china ENN, que tras empezar como una pequeña compañía de taxis se diversificó con éxito hacia el gas natural y a continuación entró en las energías renovables. Actualmente emplea a unas 20.000 personas y también está investigando en un sistema similar al de las algas pero a base de gas para evitar la liberación de dióxido de sulfuro y dióxido de nitrógeno desde las plantas de carbón. Los científicos del mundo están expectantes. Si la UE aprueba el plan de 50 millones de euros para la captura y almacenaje de CO2, el sistema podría estar disponible en 2020.
Fuente: The Guardian - Imagen: Jorge Girao


Algas a base de CO2 para producir biocarburantes

