Durante todo 2013 el proyecto "Pesca Artesanal y Sistemas Litorales" recorrerá puntos de las costas mediterránea, atlántica y cantábrica para desarrollar talleres de trabajo con los pescadores artesanales y mariscadores. Con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, Ecologistas en Acción inicia esta andadura que busca recabar datos para promocionar la pesca sostenible, prevenir la sobreexplotación pesquera y la degradación de los ecosistemas.
Las actividades de difusión general también forman parte de este proyecto que ha arrancado junto a representantes de la pesca profesional de Sitges. El objetivo del primer taller de trabajo ha sido identificar los impactos litorales que tienen repercusión sobre los recursos pesqueros, la actividad de la pesca y la salud de los ecosistemas marinos de la zona.
“Los puertos donde predomina la pesca artesanal son la apuesta más sostenible desde el punto de vista ambiental, económico y social. Se practica una pesca de bajo impacto ambiental, las artes de pesca son más selectivas, se genera mayor ocupación laboral y se mantiene una profesión tradicional seriamente amenazada”, apuntan desde la organización ecologista.
Ese es precisamente el caso de Sitges, donde "toda la flota es de artes menores, en contraposición con otros puertos pesqueros del Mediterráneo donde predominan los barcos de cerco y arrastre, flotas que implican un mayor esfuerzo pesquero", como explica Lydia Chaparro, de Ecologistas en Acción.
Por eso la cofradía de esa localidad catalana ha sido escogida para iniciar un proyecto en el que ecologistas y pescadores trabajarán mano a mano con objetivos comunes. El proyecto se va a desarrollar en Cataluña, Galicia y Andalucía.
Tanto a los pescadores como a los ecologistas les preocupa que más del 80% de las poblaciones de peces evaluadas en el Mediterráneo estén sobreexplotadas. Recuerdan otros impactos, como los vertidos o la contaminación agrícola e industrial; obras costeras como diques, puertos o construcciones urbanísticas; los dragados para la regeneración de playas pueden destruir praderas de posidonia, pudiendo convertir lo que era un caladero generoso en un desierto de arena.
"Un buen plan de gestión costera repercutiría sin duda alguna de forma positiva sobre la pesca, puesto que permitiría la regeneración de las poblaciones de peces y, por consiguiente, conllevaría un menor esfuerzo pesquero, a la vez que permitiría más capturas y mayores ganancias para el sector", explica Elvira Morote, coordinadora del proyecto "Pesca Artesanal y Sistemas Litorales".
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