
En los últimos 20 años se ha destruido en la costa española la superficie equivalente a ocho campos de fútbol al día, con la consiguiente presión para el medio ambiente: desaparición de ecosistemas, esquilmación de recursos naturales y contaminación. Greenpeace ha presentado la décima edición de su informe “Destrucción a Toda Costa”, donde se analizan y recopilan los datos sobre la situación del litoral español durante la última década.
De acuerdo con el estudio, en todo el Estado, desde 1987 a 2005 se destruyeron un total 50.504 hectáreas de suelo natural en los dos primeros kilómetros de franja costera (este dato no incluye el archipiélago canario); 7,7 hectáreas de costa degradadas cada día para crear urbanizaciones, suelo industrial y comercial.
El 44% de la población española vive en la costa, que apenas representa el 7% del territorio. Entre 1990 y 2000 la urbanización en España aumentó un 25,4%, la población, un 5%. En 2006 se duplicó el número de viviendas previstas en la costa: 1.479.000 nuevas viviendas. En 2008 había en España tres millones de casas vacías y la venta de pisos en la costa descendió un 30%. En 2009 había un millón de viviendas sin vender, casi la mitad en la costa mediterránea.
El 59% de la costa andaluza ya está urbanizada. De hecho, en 2007 en plena burbuja urbanística, el ladrillo consumía en Andalucía una media de 12,81 hectáreas al día, de las que 9,23 correspondían a provincias costeras. En Huelva por ejemplo, el incremento de superficie artificial en la franja del litoral fue del 113% entre 1987 y 2005.
Asturias ocupa el tercer puesto del Estado en destrucción de su costa. A pesar de que en el año 2008 las localidades del Mediterráneo donde más se había construido apuntaban ya a una importante crisis social y ambiental, en Asturias muchos municipios replicaban el modelo de construcción de segundas residencias.
Baleares es la región que más territorio ha ocupado en esta década. En el cénit de la burbuja inmobiliaria, en 2007, en Baleares se proyectaron 171.900 viviendas. Estos proyectos desmesurados se tradujeron dos años después en que cada día se cementaban o asfaltaban 1,4 hectáreas. La isla de Mallorca es el ejemplo de la urbanización galopante en el litoral. De 2004 a 2006, se habían destruido en esta isla 1.000 hectáreas. Con 1.428 kilómetros de costa, las islas acumulan el 12% de la oferta total de amarres para barcos del Mediterráneo.
La superficie urbana de las Islas Canarias creció un 54% en sólo siete años (1997-2002). En Fuerteventura, la superficie edificada ha crecido un 159% en los últimos 17 años, en Lanzarote, ha aumentado un 60% y en Tenerife, con un 51%. El mismo modelo se fue trasladando a islas menos saturadas, en 2004, en La Palma se proyectaron 25.000 nuevas camas. Y en 2007, en pleno boom del ladrillo se aprobaron planes para construir 380.000 nuevas viviendas.
Cantabria ha perdido el 50% de sus humedales costeros y ha sufrido el segundo mayor incremento de suelo artificial en la costa, después de la Comunidad Valenciana; entre 1987 y 2005 la superficie no natural creció un 59,9% y en 2007, Greenpeace denunciaba 51.576 nuevas viviendas en la costa cántabra. Sólo el 11% del litoral no protegido de Cataluña está libre de edificaciones.
En 2009, el 46,5% de la costa catalana se encontraba ya urbanizada tras una década de destrucción, lo que ha convertido a Cataluña en la región con el índice más elevado de todo el estado en cuanto a saturación del litoral. Cataluña acumula el 42% de la contaminación que se vierte directamente al litoral mediterráneo en España, de hecho entre 2000 y 2002 se acumularon 994 expedientes por realizar vertidos ilegales.
La Comunidad Valenciana es la que más ha destruido su litoral en esta década. Desde 2001 a 2005 en el litoral valenciano se había construido tanto como en toda su historia. Cada kilómetro cuadrado de costa recibió en 2004 una media de 288 toneladas de cemento, una cantidad cinco veces superior a la media europea. Un año después se proyectaban 364.500 nuevas viviendas, 48 nuevos campos de golf y 6.975 nuevos amarres. En 2007, en el cenit de la burbuja inmobiliaria se proyectaron en la costa casi medio millón de nuevas viviendas. A pesar de contar con un importante legado de viviendas sin vender, en mayo de 2010 se anunció la construcción de 35.000 nuevas viviendas en Marina D’Or, entre otros ejemplos.
En 10 años el 81% del suelo de Ceuta y el 53,3% de Melilla se ha trasformado en superficie urbana. Las sucesivas ampliaciones del puerto de Ceuta han ido acabando con los hábitats marinos y la riqueza paisajística de la ciudad. La Autoridad Portuaria de Melilla promueve desde hace años la ampliación de su superficie actual en 500.000 metros cuadrados. Con todo, Ceuta presenta un paisaje completamente desfigurado y en Melilla la ausencia de una gestión sostenible de sus residuos y vertidos tiene consecuencias directas en su litoral.
Euskadi ha experimentado el mayor crecimiento en puertos deportivos de todo el Estado. Desde 1985 hasta 2006 ha cuadriplicando sus atraques, para pasar de 1.280 a 4.825. Ya en 2006, más de la mitad de la población vasca se concentraba en la franja costera, que sólo supone el 12% de su territorio. De hecho, desde 1987 a 2005, se ha convertido suelo natural en artificial en los primeros dos kilómetros de costa vasca la superficie equivalente a 80 m2 la hora. En 2007 se proyectaban 171.900 nuevas viviendas, que suponían una media de 515 por kilómetro de costa, muchas de ellas destinadas a segundas residencias.
Galicia ha sufrido en esta década las mayores recalificaciones de suelo de su historia. En 2006 Galicia se encontraba entre las regiones que acumulaban más agresiones en su litoral, con 283.600 nuevas viviendas y 17 nuevos campos de golf. Un año después, el boom del ladrillo arrojaba la cifra de 800.000 viviendas proyectadas entre los 86 municipios litorales, una cifra similar a lo que se había construido en toda su historia (816.000 residencias). En 2008, Galicia presentaba uno de los porcentajes más altos de amarres por embarcación (diez veces superior al de Italia, que tiene diez veces más costa que Galicia). De 2003 a 2008 Galicia ha pasado de los casi 4.000 amarres a los más de 11.000.
La urbanización en Murcia aumentó cuatro veces más que su población. En 2005, cuando se estaban revisando los planes urbanísticos de 35 de sus 45 municipios, se autorizó la construcción de 195.000 viviendas. Una de cada tres nuevas viviendas estaba asociada a un campo de golf. Más del 50% de los municipios de la Región estaban bajo sospecha de corrupción urbanística.
Imagen: Greenpeace
Más información: Greenpeace
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