
Existe un “deporte” que amenaza a la población mundial de tiburones: el Shark Finning o cercenamiento de aletas. Es una práctica realizada en todo mundo y, a diferencia del Grind contra los delfines, bastante conocida. Pero de poco sirve su publicidad: 73 millones de tiburones mueren cada año a causa del Shark Finning. España es el primer país europeo en la pesca y comercio de estos escualos.
Shark Finning es una actividad internacional cuyo objetivo es capturar tiburones y quitarles las aletas (cuando aún está vivos) para venderlas posteriormente a los mercados asiáticos. Precio actual: ¡más de 500 € el cubo! Los cuerpos de estos animales son después tirados al mar. No obstante, más tarde podremos saborear una “deliciosa” sopa de aleta de tiburón… Afortunadamente, en la Polinesia Francesa, una petición permitió poner fin a su pesca en 2006, a excepción del tiburón mako, muy utilizado en su cocina tradicional. La Polinesia Francesa se ha convertido desde entonces en un santuario para estos escualos.
Entre 1990 y 2003, las capturas mundiales de tiburones aumentaron un 22%. Sin embargo, son muy importantes en el equilibro de la vida en los océanos. Estos animales acuáticos están en la cima de la cadena alimentaria y su rol es el de eliminar a los más débiles para regular la población de ciertas especies. Su disminución supone una anormal perennidad de otras especies. ¿Un ejemplo? La explotación del tiburón en el noreste de los Estados Unidos ha tenido como consecuencia una multiplicación de individuos de raya. Las rayas tienen como único depredador al tiburón y éstas se alimentan de veneras o vieiras. De esta manera, tenemos como consecuencia una inesperada disminución de la población de veneras. Resultado: ¡estamos modificando el ciclo vital de la naturaleza!
Setenta y tres millones de tiburones son asesinados cada año y el Shark Finning es la principal causa. En 2004, un informe publicado demostró que
España es el primer país europeo en la pesca y el comercio de estos escualos, por delante de Francia y el Reino Unido, quienes ocupan el segundo y tercer puesto. ¿El problema? La Unión Europea impone pocas limitaciones a las capturas de tiburones en las aguas comunitarias.
Para salvar a estos animales marinos, los científicos recomiendan apoyar nuevas restricciones en materia de comercio internacional y establecer límites en su captura así como la eliminación de prácticas como el finning. También es necesario promover sistemas de gestión de pesca que ayuden a la renovación natural de las especies y a aprovechar al máximo sus capturas, puesto que solamente entre el 3 y 5 % de la masa del tiburón es aprovechada con el Finning.
Más información: Shark Alliance





