No emite ruido ni humos, no necesita revisiones o repostaje y se recarga en cualquier enchufe. Se trata de el Voltio, un escúter de dimensiones contenidas, diseño sencillo, una parte ciclo (suspensiones, chasis, frenos) poco ambiciosa y unas prestaciones válidas para moverse en el ámbito urbano.
Al llevar motor eléctrico sin escobillas y batería de litio, que está ubicada debajo del hueco del asiento, no necesita ningún tipo de mantenimiento. Aparte de los elementos de desgaste como ruedas o pastillas de freno, el único gasto adicional que conlleva es la electricidad necesaria para cargar la batería, unos 40 céntimos de euro. En dos horas se completa el 80% de la capacidad y en cuatro el 100%.
Tiene dos velocidades que se pueden elegir en marcha: una limitada a 50 kilómetros por hora que garantiza una autonomía de unos 110 kilómetros y otra que llega a los 80 por hora y que permite hacer unos 70 u 80 kilómetros.
Lo primero que sorprende es que no hay botón de arranque, vale con pasar la llave de Off a On, aunque no emite ningún ruido y parece que no está encendida. Además de las obvias (no hay escape, se evita repostar), una de las mayores diferencias es que al accionar el freno deja de funcionar el acelerador, limitando la agilidad, la respuesta del gas al cerrar o abrir no es instantánea y en pendientes la velocidad disminuye en exceso.
El Voltio lo fabrica Bereco, una empresa de Málaga que apuesta por los vehículos de dos ruedas eléctricos. Son modelos fabricados en China, aunque siguiendo los estándares europeos, y cuentan con la ventaja de que las piezas (en caso de desperfecto) son muy asequibles.
Otra opción disponible es el Vectrix Electric, que apuesta por la calidad y las prestaciones. Llegó a España en el 2007 y fue el primer gran escúter eléctrico. La tecnología es americana, el diseño italiano y se monta en Polonia.
De dimensiones parecidas a los escúteres GT, está homologado para conducirse con el carné de coche, alcanza los 110 kilómetros por hora y tiene una autonomía de unos 80 kilómetros. Permite disfrutar de una conducción con un buen nivel de confort sin ruido ni vibraciones, un amplio espacio tanto para el conductor como para el acompañante y hueco para un casco integral a pesar del espacio que ocupan las celdas de la batería.
Cuenta también con marcha atrás, lo que facilita las maniobras y mover en parado sus 210 kilos de peso. El modelo VX-1 cuesta 8.880 euros y el VX-1e, de iguales formas y equipamiento, pero con menos potencia y autonomía, cuesta 7.262 euros.
Fuente: La Voz de Galicia