
Muchas cosas. Cada gesto individual, por insignificante que parezca, tiene sus repercusiones en el entorno. Aunque no podamos ir personalmente al Golfo de México a ayudar a limpiar las playas o a rescatar animales afectados por la marea negra, afortunadamente podemos contribuir a mejorar el estado de los océanos. 2010 también cuenta con el lema “Nuestros océanos: oportunidades y retos” y podemos precisamente servirnos de esas oportunidades para hacer una contribución positiva. Como dijo Gandhi, “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.
1.Adoptar un animal del acuario
No es que sea el hogar ideal para los animales, pero muchos han nacido ya en cautividad y difícilmente sobrevivirían en libertad. Por eso, acogernos a los programas de adopción disponibles en algunos acuarios contribuiría no sólo al mantenimiento de especies sino también a la tan necesaria investigación de los mares.
2. Anfitrión por una noche de cine documental
Hay impresionantes documentales que giran alrededor del océano y que pueden, además de entretener, educar y cambiar la perspectiva de los espectadores. Es tan sencillo como reunir a un grupo de familiares y amigos, preparar algo de picoteo y a disfrutar con una película que inspire respeto por nuestros mares. Cualquier cosa, desde A Sea Change, que descubre los retos de nuestros océanos, hasta los numerososvídeos que ofrece la web de Oceana son opciones interesantes. Para los anglófonos especialmente, Acid Test es un recomendable documental que pone de relieve los problemas de la acidificación de los océanos.
3. Cultivar nuestro propio huerto
Tal vez pueda parecer que un jardín tiene poco que ver con salvar el océano. Sin embargo, conviene recordar el impacto indirecto pero importante que nuestras acciones cotidianas tienen sobre los ecosistemas a cientos, incluso miles de kilómetros de distancia. La agricultura industrial libera fertilizantes y otros productos químicos que se filtran en los sistemas de agua y alcanzan el mar. La masiva y destrozada zona del Golfo de México dispone de tan poco oxígeno que la biodiversidad marina no puede sobrevivir. Lo cierto es que el origen del problema son los abonos de las tierras agrícolas que llegan al mar mediante el río Mississippi. Mientras, la acidificación del océano es consecuencia de los altos niveles de dióxido de carbono en el aire provenientes de las plantas de energía y las fábricas, incluidas las de alimentos. Por tanto, el cultivo de nuestra propia huerta ecológica reducirá nuestra contribución al procesamiento masivo de productos alimentarios. Mejoraremos en salud y a la postre también ayudaremos a los mares y al medio ambiente en general.
4. Comer en restaurantes con pescado sostenible
El pescado es saludable y su consumo un hábito dietético recomendable. Sin embargo, también es importante comer pescado procedente de la pesca local, sostenible, capturado con métodos que no dañen a las poblaciones de peces ni a los ecosistemas oceánicos. Hay numerosas especies marinas con muchas posibilidades de extinguirse si no les damos tregua, como es el caso del atún, las anchoas, la merluza o el bacalao. Puede ser de gran ayuda la guía de Greenpeace sobre pescado que precisa nuestro compromiso para no desaparecer para siempre de nuestros platos. Abordar el asunto con el dueño o el chef del restaurante también puede aportar otro granito de arena a nuestro apoyo a la biodiversidad marina.
5. Compromiso personal a no comer pescado capturado de forma insostenible, o cualquier especie en peligro
Si todos adoptásemos ese compromiso, el impacto sería enorme sobre los océanos. Aún así, la decisión individual también es de suma importancia. Consumir pescado que es realmente sostenible conlleva el esfuerzo de informarnos y renunciar a platos que tal vez nos encantan. Sin embargo, el sacrificio merece la pena si supone que nuestros nietos podrán disfrutar de ellos sin miedo. De momento, podemos comer tranquilamente sardinas, caballa o chicharro, que abundan, son deliciosos, accesibles a todos los bolsillos y además muy saludables. La renuncia no es tan grande.
6. Firmar peticiones a las autoridades responsables
La petición a Obama de miles de personas para que detenga las perforaciones mar adentro han tenido su peso en la decisión presidencial de demorarlas. Avaaz, Greenpeace u Oceana, entre otras ONG, están en la avanzadilla de las campañas medioambientales con petición de firmas y que tantos resultados positivos han tenido a lo largo de los años. La petición de Oceana para detener la perforación mar adentro y apostar por fuentes renovables de energía sigue disponible. Todo sea por no volver a vivir la tragedia del Golfo de México.
7. Recordar al mundo la importancia de los océanos
La vida empezó en el mar y sin océanos sanos se rompe el equilibrio de la biodiversidad, nos quedamos sin el pulmón de la tierra y el gran regulador meteorológico. Las consecuencias negativas son incalculables. Vestir camisetas a favor de causas y especies marinas es sólo una idea más que puede ser divertida y también hacer pensar a quienes las miran. Las redes sociales son otro vehículo para extender el mensaje conservacionista.
Nuevo estilo de vida con menos petróleo
Aunque el derrame de petróleo con sus graves consecuencias deja secuelas durante décadas, podemos reducir los riesgos de que vuelva a repetirse si cambiamos nuestro estilo vida y reducimos nuestra dependencia del petróleo con sencillas medidas:
1.Conducir menos
Usar el coche para todo, sin tener en cuenta el impacto ambiental es una actitud sin futuro. El desastre del Golfo de México nos coloca a todos en el punto de mira y nos recuerda la importancia de planear bien nuestros viajes, compartir vehículo, utilizar el transporte público, la bicicleta y caminar. Es una gran oportunidad para llevar una vida más saludable y sostenible.
2. Cuidar y reparar
Los automóviles y electrodomésticos, junto con casi todo lo demás en nuestra cultura de consumo, se consideran objetos de usar y tirar. Como esperamos su sustitución, solemos olvidarnos de su buen estado de funcionamiento. Aunque siguen funcionando, pierden eficiencia y consumen más energía. De ahí la importancia de someter al coche a una regular puesta a punto, mantener los neumáticos inflados, cambiar los filtros del aire, lubricar las partes móviles de los motores y llevar a cabo todas las tareas de mantenimiento que recomiendan los manuales.
3. Adquirir equipos energéticamente eficientes
La diferencia entre los productos convencionales y los de bajo consumo energético puede ser bastante sorprendente. Por ejemplo, una bombilla incandescente utiliza cuatro veces más energía para producir una determinada cantidad de luz que una bombilla fluorescente compacta y 10 veces más que un LED. Hacerse con las alternativas de eficiencia energética cuesta más pero a la larga sale más barato. Además, el cambio implica invertir en un futuro más limpio y más seguro. Optar por electrodomésticos de máxima eficiencia y vehículos de menor consumo son opciones positivas para el medio ambiente y nuestro bolsillo.
4. Comprar cerca, no sólo comida
Todo lo que compramos tiene que ser transportado hasta el punto de venta. Al escoger productos locales, no sólo ayudamos a mantener la economía de nuestra zona, sino que también reducimos nuestra huella ecológica. Además, al consumir alimentos procedentes de las cercanías, aseguramos un respaldo a nuestra salud. El tema es claro cuando se trata de prevenir alergias estacionales, ya que, por ejemplo, consumir la miel producida en nuestro entorno nos ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
5. Cambiar de hábitos
A la hora de ahorrar energía es recomendable:
- Apagar las luces cuando no estén en uso
- Llenar la lavadora y el lavavajillas antes de encenderlos
- Secar la ropa y la vajilla al aire
- Cambiarse de ropa antes que mover el termostato
- Desconectar los cargadores y los electrodomésticos cuando no se utilizan
- Reutilizar y reciclar
- Comer menos carne
6. Comprar menos cosas
Para producir cualquier bien se necesita energía. Deberíamos pensar dos veces antes de comprarnos algo o tirar a la basura aquello que ya no necesitamos. Tal vez no necesitemos de verdad lo que planeamos adquirir, o bien podríamos regalar o reparar algo que nos resulta inservible.
Hagamos lo que hagamos, cualquier gesto positivo puede ser el comienzo de un gran cambio.
Imágenes: martinhfp
Más información: Lista Roja de especies pesqueras | Oceana
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