En España, colegios, polideportivos, campings, parques públicos y un largo etcétera de construcciones hasta alcanzar 40.000, en su mayoría viviendas, están ubicadas en zonas de dominio público hidráulico y de alto riesgo de inundación. Un dato relevante en el Día Mundial del Agua.
La aplicación del artículo 28 del Plan Hidrológico nacional implicaría la eliminación de esas construcciones, pero su implementación resultaría muy impopular. Esto supone que la vida de miles de personas estará en peligro si se produce una avenida hídrica. Es decir, si los flujos de agua reclaman sus cauces originales, situaciones extremas como las del camping de Biescas o el Cerro de Reyes en Badajoz se pueden repetir fácilmente.
Estos riesgos se pueden evitar muy fácilmente porque, aunque no sabemos cuándo va a llover, conocemos por dónde discurrirá el agua. La respuesta la tienen las administraciones con competencias, como son las Confederaciones Hidrográficas, dependientes del Ministerio de Medio Ambiente, y los gobiernos autonómicos y municipales, de los que depende la actividad urbanística.
Ecologistas en Acción considera que esa dejación de funciones por parte de las administraciones responsables está favoreciendo que se sigan incrementando las construcciones en el dominio público hidráulico y zonas de alto riesgo de inundación. La organización ecologista destaca la falta de eficacia frente a avenidas de los encauzamientos de hormigón pues, a parte de suponer la destrucción del río, concentran los caudales, incrementando la velocidad del agua, a la vez que generan una sensación de falsa seguridad, favoreciendo la construcción en su entorno inmediato. Sin embargo, cuando el agua supera la capacidad del encauzamiento, ésta se desplaza sin ningún tipo de control (tanto en el camping de Biescas como en el barrio de Cerro de Reyes los cursos de agua se encontraban encauzados).
Por todo ello, Ecologistas en Acción hace un nuevo llamamiento a las administraciones públicas para que, cumpliendo con lo establecido en la legislación vigente, procedan a la eliminación de todas las construcciones y vertidos de todo tipo existentes sobre el dominio público hidráulico y zonas de alto riesgo de inundación y que a continuación procedan a la restauración del bosque de ribera autóctono, cuya eficacia contra el riesgo de avenidas está sobradamente demostrada.
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