La Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, ha desarrollado la tecnología para producir electricidad a partir de la vegetación en humedales, que representan alrededor de un seis por ciento de la superficie de la Tierra. Dicha tecnología estará disponible en el mercado el año que viene y podría aplicarse en tejados verdes como fuente energética de hogares y comunidades remotas.
La planta demostrativa con pilas de combustible microbiano está abierta en el Instituto Ecológico holandés. A diferencia del biogás, que se produce por la digestión anaeróbica o fermentación de la biomasa, este nuevo sistema genera electricidad sin alterar el crecimiento de la vegetación ni dañar su medio.
Funciona mediante el aprovechamiento de hasta el 70% del material orgánico sobrante de las plantas y excretado a través de las raíces, tras su producción mediante la fotosíntesis. Las bacterias naturales en torno a esas raíces rompen el residuo orgánico, lo que libera electrones como producto de desecho. La electricidad se genera al colocar un electrodo cerca de dichas bacterias para absorber los electrones.
De momento, la planta de combustible microbiano sólo genera 0,4 W de electricidad por metro cuadrado, pero los investigadores responsables del proyecto calculan que el perfeccionamiento del sistema podrían producir hasta 3,2 W por metro cuadrado. Esto posibilitaría que un tejado de100 m2 abasteciera de energía a una casa con un consumo medio de 2.800 kWh al año.
Marjolein Helder y David Strik, los investigadores que han desarrollado el proyecto, creen que este tipo de producción de energía verde podría implementarse a gran escala, alrededor de los pantanos del mundo a partir de 2015. La tecnología funciona con varios tipos de plantas, incluidas gramíneas como la espartina común o el arroz. Produce una corriente de bajo voltaje que puede utilizarse directamente para cargar baterías y alimentar lámparas LED.
El reto más inmediato consiste en mejorar los términos de sostenibilidad y encontrar formas de limitar la cantidad de material utilizado para los electrodos. A pesar de estos obstáculos, Helder y Strik afirman que la pila de combustible microbiano ya compite en viabilidad económica con los paneles solares en zonas alejadas de la red.
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