Por primera vez en 15 años, un estudio independiente de la Universidad de Caen (Francia) demuestra los efectos perniciosos que a largo plazo tiene sobre la salud el consumo de maíz transgénico. La investigación se ha hecho con ratas alimentadas en diferentes proporciones con el maíz de Monsanto RoundUp-Ready, tanto tratado como no con el pesticida del mismo nombre.
Las conclusiones del trabajo de dos años, dirigido por el biólogo molecular Gilles-Eric Séralini, se han publicado en la revista Food and Chemical Toxicology. Entre ellas, destacan que las ratas que ingerían en su dieta un 11% de maíz modificado o bebían 0,1 parte por mil millones (ppb) morían entre 2 y 3 veces antes que las no expuestas; que desarrollaban grandes tumores en una proporción 2-3 veces mayor; concretamente, las hembras desarrollaron tumores en las glándulas mamarias y la hipófisis, sufrieron alteraciones de la glándula pituitaria y trastornos hormonales; las ratas macho, que también sufrieron tumores, experimentaron graves daños en el riñón y el hígado; el 70% de las hembras y el 50% de los machos murieron prematuramente; en el segundo año del estudio, entre el 50% y el 80% de las hembras desarrollaron grandes tumores.
Hasta la fecha solo se habían hecho estudios a corto plazo, de unos 90 días, lo que equivale a la adolescencia de las ratas. Las investigaciones siempre se hacían a instancia de la empresa que, por ser la propietaria de la patente del producto transgénico, tiene la potestad de prohibir estudios independientes.
Con estas conclusiones se abre la caja de Pandora para el etiquetado de los ingredientes genéticamente modificados, que forman parte de nuestros platos desde hace quince años. En Europa, España es el mayor productor de maíz modificado. Mientras, en EE.UU., la agencia reguladora que da el visto bueno a la comercialización de alimentos, Food and Drug Administration, no exige estudios independientes antes de hacerlo. Se espera que tanto Monsanto como Dow, que quieren lanzar al mercado nuevos productos transgénicos (soja y maíz 2,4-D-resistant, más sus correspondientes pesticidas) establezcan alegaciones a la investigación.
Más información: Sustainable Food Trust | Guía roja y verde de alimentos transgénicos
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