En india, la medicina tradicional ayurvédica ha permitido transformar los residuos de carne y pescado o las hierbas con metales en fertilizantes orgánicos, que se suman al jacinto acuático, el estiércol y la orina de vaca como abonos para convertir en ecológico el té de Assam, la mitad del que se produce en el país. El proceso podría limpiar el medio rural, contaminado por el alto uso de insecticidas, repelentes de plagas y fertilizantes químicos altamente tóxicos.
El nuevo concepto de agricultura ecológica se sirve de los conocimientos ancestrales a base de plantas para convertir cualquier desecho contaminante en abono orgánico. Por ejemplo, el mercurio, utilizado en la medicina tradicional india, diluido con otras sustancias se convierte en un fertilizante excelente. Con todo, el resultado es sostenible y rentable.
El rescate de un negocio doliente
Este sistema de agricultura orgánica pondrá freno al proceso intoxicante que ha penetrando en la cadena de alimentos y amenaza la salud de millones de personas. Además, también puede aumentar el alicaído precio del té de la India y abrir nuevos nichos de mercado, con lo que la industria del té podría superar el estrangulamiento que provocan los altos costes de producción debidos, entre otros factores, al encarecimiento de los fertilizantes químicos.
La región de Gossainbarie, en el noreste de la India, lidera la nueva y exitosa forma de cultivar, después de que su producción anual cayera desde 900.000 kg. de hojas de té a 355.000 kg. Un año después, se preparan para producir 600.000 kg.
La India produce una cuarta parte del té mundial. Su producción ecológica implica el cuidado paralelo de vacas que proporcionan, además de desechos esenciales para el abono, una fuente extra de ingresos. De ahí el impulso que se le está dando. Una vez más, los antiguos conocimientos, unidos a los modernos conceptos de gestión, demuestran que pueden generar un nuevo modelo de economía sostenible.
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