El apagón de 60 minutos en multitud de puntos del globo, preconizado por movimiento oficial llamado La Hora del Planeta, es una de las ideas más convencionales para reducir nuestro impacto sobre el medio ambiente, pero existen otras maneras curiosas de energía alternativa. Porque mucha gente se prepara para un futuro sostenible con métodos como poco sorprendentes.
Energía humana
El concepto de la linterna a manivela o la lavadora a pedales ha llegado más lejos con el impulso de varios gimnasios innovadores que convierten la energía humana en energía eléctrica utilizable. Uno de ellos, en Hong Kong, cuenta con máquinas de ejercicio de aspecto normal desde el exterior, pero que contienen los generadores de energía a partir del movimiento. Mientras sudan, el esfuerzo de los usuarios activa la consola de los aparatos al tiempo que generan la electricidad para la iluminación del local. Cada persona, de promedio puede generar unos 50 vatios de electricidad por hora en las máquinas.
Un concepto similar, pero más poderoso, es la bicicleta Pedal-A-Watt, con el que una persona en buenas condiciones puede generar 500 vatios de potencia, mientras que alguien más flojo podría generar alrededor de 150 vatios, suficientes para el funcionamiento de dos ordenadores portátiles, dos lámparas fluorescentes y un teléfono móvil. La Pedal-A-Watt funciona mediante un generador que se acciona con el movimiento de la rueda trasera y permite un PowerPak opcional que almacena la energía creada para su uso posterior. El PowerPak tiene una salida donde se puede conectar cualquier aparato que funcione con menos de 400 vatios de electricidad. Como referencia, un gran televisor utiliza alrededor de 200 vatios, el estéreo unos 20 vatios, un ordenador 75 vatios y un frigorífico 700 vatios (fuente: Convergence Tech, Inc.). Si generamos 200 vatios en una hora de ejercicio, no vamos a enfriar la cerveza de refresco, pero si nos dará parar ver el partido en la tele.
Excreciones de insectos
Puede parecer una locura pero científicos de la empresa LS9, Inc. han estado investigando con el ADN de insectos diminutos para conseguir que excreten petróleo. Concretamente, con el ADN de la levadura industrial y las cepas inofensivas de E. coli, de tal manera que estos organismos puedan convertir los residuos agrícolas en combustible listo para usar.
Como el petróleo crudo es molecularmente similar al de los ácidos grasos que estos pequeños organismos unicelulares normalmente excretan, la alteración no es tan descabellada. Con un coste financiero muy inferior, sin impacto medioambiental y unas cuantas semanas, LS9 ya ha encontrado el proceso para alterar los genes de algunos de dichos organismos. Una exploración petrolera puede llevar años y una enorme inversión, además del importante impacto en el entorno. De momento, LS9 ha conseguido extraer un barril de crudo semanal de una máquina de 1.000 litros que ocupa 3,7 metros cuadrados (fuente: Ayres).
El que se denominaría "Petróleo 2.0" sería renovables y carbono negativo. Eso significa que a causa de las materias primas que utiliza, el proceso captura aún más carbono de la atmósfera del que emite. Además, estos organismos no dependen de residuos agrícolas concretos sino que el proceso de transformación se basa en lo que es abundante en el entorno local. De esta forma, desaparece la controversia sobre la utilización de cultivos alimentarios específicos para el combustible.
Cargar al teclear
Pulsar el teclado del móvil o del ordenador puede generar piezoelectricidad, que es la electricidad que algunos metales generan cuando se les golpea (los encendedores eléctricos utilizan cristales piezoeléctricos).
Gracias al mismo sistema, cada vez que se pulsa una tecla se generan 0,5 vatios que se transmiten a una batería para el almacenaje.
Si todas las oficinas con actividad constante sobre los teclados implementasen este sistema, ahorrarían considerablemente en la factura de la luz.
Digestión de biogás
La basura de una persona es el tesoro de otra, según el dicho popular. De los desechos de hoy puede depender la comida de mañana. De hecho, en varios lugares alrededor del mundo, hay comunidades que ya convierten el estiércol de vaca, los desechos humanos y la basura general en energía utilizable para la cocina.
La digestión de biogás consiste en capturar el gas metano que se libera cuando los residuos se descomponen. Por lo general, las plantas de tratamiento de aguas residuales liberan gas al aire, pero si el gas metano se captura, puede ser usado para cocinar o generar electricidad.
Con esta finalidad, en Vancouver, Canadá, se ha desarrollado un proyecto para capturar el gas liberado de una planta de tratamiento de aguas residuales y transferirlo a través de una tubería de suministro de gas, inodoro y de combustión limpia,a los consumidores. Las autoridades apuntan que el proyecto inicial reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en 551 toneladas al año.
En la India, se ha puesto a la venta un pequeño digestor de biogás. Las bacterias que contiene descomponen los residuos y el metano resultante se conecta a un recipiente de almacenamiento para utilizarlo como combustible en la cocina. Cuesta 425 dólares y se amortiza en menos de dos años. En un barrio al sur de Delhi, se han instalado digestores de biogás junto a los baños públicos y proporcionan gas para cocinar en una escuela de 600 estudiantes.
Parques eólicos flotantes
La energía eólica no es descabellada, pero sí es poco común divisar desde el aire un parque eólico gigante flotando en el medio del océano, como ocurre en la costa suroeste de Noruega. A finales de 2010 estarán instaladas turbinas de 65 metros de altura, aspas de 80 metros y 5.000 toneladas de peso que generarán 2,3 megavatios de electricidad.
Mientras que las turbinas eólicas marinas que se divisan desde la costa sólo pueden colocarse hasta 40 metros de profundidad, los parques flotantes son un concepto relativamente nuevo diseñado para aprovechar los vientos de alta velocidad que circulan en alta mar. No tienen que estar físicamente anclados al fondo del mar y las turbinas pueden flotar en zonas de hasta 700 metros de profundidad, por lo que no alteran el paisaje costero.
Si las turbinas de tierra alcanzan una velocidad media de 4 metros por segundo, debido a las obstrucciones la orografía, los vientos que soplan sobre el océano abierto al menos duplican esas velocidades. Esta diferencia se amplifica incluso más, porque el viento a 10 metros por segundo genera cinco veces más electricidad que el viento a 5 metros por segundo (fuente: Economist). Algunos informes sugieren que los parques eólicos podría proporcionar hasta un 15 por ciento de las necesidades mundiales futuras de energía. (fuente: Jacquot).
Contenido relacionado:
HP convierte el estiércol en la energía de los centros de datos
Biometano de excrementos humanos